El cannabis ingerido es una fuerza que hay que considerar, ya que puede agobiar fácilmente a los que no estén preparados. El razonamiento detrás de todo esto, se explica en la forma en la que los compuestos del cannabis interactúan con el cuerpo. Cuando comes cannabis, éste pasa por el aparato digestivo. Durante el proceso de absorción, el THC pasa por el hígado, donde es convertido en una forma mucho más potente. El Delta-9 THC (THC normal) se convierte en 11-hidroxi-THC, que puede atravesar la barrera sangre/cerebro con mucha más facilidad y ¡con un golpe mucho más fuerte!

Cuando inhalas cannabis, ya sea en forma de humo o vapor, los compuestos son absorbidos directamente por la sangre a través de los pulmones. Con esto, el THC no pasa por el hígado, y se va directamente al cerebro, cuyo resultado es un subidón mucho más instantáneo, pero menos potente.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *