Cultivar marihuana puede ser una tarea complicada. Sin embargo, hay ciertas técnicas que han demostrado que pueden evitar que tus plantas sufran daños por temperaturas excesivas.

¿Tienen tus plantas un aspecto alicaído? A pesar de una buena rutina de fertilización, riego e iluminación, te sientes frustrado al ver descubrir hojas decoloradas y deformadas en tus plantas de cannabis. No te preocupes, lo más seguro es que estés haciendo todo lo demás bien y simplemente padezcan estrés por calor.

El cannabis es una planta fuerte y robusta, y muchas de sus variedades autóctonas se han adaptado con el paso del tiempo para sobrevivir en zonas inhóspitas como la cordillera del Hindú Kush o la tundra de Asia central y del norte. A pesar del vigor de esta especie vegetal, solo puede hacer frente a un determinado nivel de calor antes de que su sistema fisiológico se resienta.

CÓMO RECONOCER EL ESTRÉS POR CALOR

Uno de los principales síntomas del estrés causado por el calor es cuando las puntas de las hojas en forma de abanico comienzan a curvarse hacia arriba. También presentan un aspecto seco y marchito. Lo más probable es que la culpa sea del calor, lo que elimina la posibilidad de que se trate de alguna deficiencia nutricional. Además de un aspecto enfermo, las hojas desarrollan manchas marrones de formas irregulares, especialmente a lo largo de los bordes de los dedos. Estas marcas suelen ir acompañadas de zonas amarillas por la decoloración. Estos síntomas afectan principalmente a las hojas más cercanas a la parte superior del dosel y alrededor del perímetro de la planta, es decir, las zonas que reciben más luz de forma directa.

Si notas estos síntomas durante la fase vegetativa, puedes tener la seguridad de que se deben al estrés por calor. En el interior, el estrés podría estar causado porque la parte superior de las plantas están demasiado cerca de la fuente de luz. Y en el exterior podría ser el resultado de una ola de calor especialmente fuerte o un clima muy cálido y seco.

El estrés provocado por el calor se manifiesta de formas distintas durante la floración. A veces, y para sorpresa de muchos cultivadores, salen brotes nuevos de los ya existentes. Esto da lugar a lo que se conoce como foxtail, que son unas estructuras alargadas compuestas de cogollos pequeños y hojas de azúcar. Se trata de un mecanismo de supervivencia que la planta pone en marcha para desarrollar cogollos capaces de reproducirse y generar semillas.

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